domingo, 25 de agosto de 2013

Un fenómeno llamado supercompensación. Mi primer Duathlon

Hace unas semanas surgió en Los Santos la idea de organizar un Duatlon popular.
Después de pensarlo varias veces, decidí apuntarme. Yolanda, Julio y varios compañeros más me apoyaron para entrenar y participar. 
El primer día de mi entrenamiento salimos Julio, Oscar, Lucía, Rubén y yo. Iba bien pero no pude hacer ni la mitad del recorrido, se me hacía tarde. 
Al día siguiente, rodando en bici camino del cordel de feria, ¡zas!. Caida de morros. Por suerte, con sólo unos cortes en la pierna derecha.
Pensé en no ir al duatlon, pero al salir de urgencias Rubén y Julio me dicen que nada de eso. 
Me quedan dos semanas para entrenar...
Salí otra tarde a correr solo. Media hora con malas sensaciones. 
Al día siguiente, Julio, Lucía, Oscar y yo salimos a probar el primer tramo de carrera a pie y el de la bici. 
En la carrera fui bastante mal, llegué a ver mis pulsaciones a 200.  Pero al subir a la bici la cosa cambió. Mejoré las sensaciones. 
Dos días antes, salí a rodar en la mtb con Julio. Fuimos bastante fuerte, alcanzando una media de 28 km/h en la primera hora.  
Llegué a casa contento tras tres horas rodando muy fuerte. Nuncá llegué a pedalear así. La supercompensación empieza a aparecer...
Tras un día de descanso llegó el momento de la salida. 3 kilómetros de carrera hasta la transición.  Unos minutos antes, Juan Pedro me dió un masaje con crema de calor. 
En los primeros metros de carrera a pie, las piernas se convierten en brasas. Consigo seguir el ritmo de la cabeza.
A mitad de tramo, me dejo caer un poco, pero Julio baja el ritmo para esperarme y tras un pequeño esfuerzo nos reenganchamos en la cabeza hasta el final. 
En la transición, salgo de los últimos, pero no tardo en remontar puestos para llegar a la cabeza, sin apenas esfuerzo. 

Durante los 15 kilómetros llevamos un ritmo cómodo, un poco alto para algunos. Vuelvo a dejarme caer a cola, para echar una mano a Julio marcando los cruces, pero poco después volvemos a la cabeza, bajando el ritmo para relajar las piernas. 
Llega la temida transición bici-carrera.  

Esta vez salgo de los primeros. El ritmo comienza a ser más alto. Unos 600 metros después, me olvidé de la cabeza y cogí mi ritmo, sin llegar a cortarme, acompañado en todo momento. 
No me creo lo que mi cuerpo hace. ¡¡Llevo meses sin correr y estoy aguantando!! 
La última parte de la carrera, aproximadamente a 1'5 kms del final, se me hace más dura, pero más corta. Todo subida hasta la meta. 
En la última curva, subo el ritmo un poco más. Me sorprende que no vaya tan fatigado como esperaba. 
Se acabó. Hora y media después. 


Siempre podemos optar por lo más cómodo, decir "no";

Yo opte por:  un ''SI''  en mayúscula...

RETO SUPERADO 

Agamenón




1 comentario:

  1. Muy bien hecho maquinaa, superastes el reto con creces!!! Pasamos un buen día rodeado de buena gente!!!

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