martes, 13 de agosto de 2013

Un día de superación personal.

Doce meses después. Dorsal 325. Toda una noche sin dormir. Es temprano, pero el sol amenaza con pegar fuerte. 
Esta ruta es especial para mí, se cumple un año de mi rotura en el brazo.
Tras varios problemas, que, por desgracia, nos hacen dejar compañeros en Los Santos, pudimos salir camino de Solana de Los Barros. 
Soy casi incapaz de controlar mis nervios. Pese a las dos semanas de preparación en rodillo con Edu y algunas salidas, no termino de captar buenas sensaciones. No me veo capaz de terminar.
Al llegar, camino de la recogida de dorsales, me encuentro con Ángel, uno de mis acompañantes durante toda la ruta. 
Recuerdo que le saludé y dije: ''Estoy muy nerviosa, vengo mal''. 
Después de recoger los más de 20 dorsales, volvimos a la furgoneta para preparar las bicis y dirigirnos a la salida. 
Lo ocurrido con los compañeros que no han podido venir me hunde. 
Ya en la salida, decido quedarme a cola de pelotón acompañada de varios compañeros. 
Con Rocío, otra campeona
Ángel no para de intentar animarme, sin parar de bromear.  
Poco después, llega Edu, que se había adelantado un poco en el pelotón. Al llegar al primer avituallamiento, a sólo 9 kms de la salida voy fatal. La alergia no ayuda nada...
Me falta algo, pero no se qué es. Como algo y volvemos a la bici. Nos encontramos con Antonio Blanco, que me ofrece comprarle la bici. (¡¡Pero si no pesa nada!!) 
La oferta provoca algunas risas en el grupo, no hacía mucho tiempo se la había ofrecido a María, pero más cara. Charlamos sobre el peso de mi bici... 
Volvemos a subirnos a la bici. 
Entre Ángel, Antonio y Edu me convencen para hacer la ruta larga. 
Le paso la mochila a Edu y arrancamos. 
Decido quedarme otra vez a cola de pelotón. Cuesta calentar otra vez, pero voy un poco mejor.  
Pasamos un tramo rodeados de olivos, levantando polvo. 
Se nos unen los compañeros de Barcarrota, que se portan genial durante el resto de la ruta. 
Poco a poco entramos en una zona más dura, empiezan las subidas y bajadas constantes. 
El calor ya aprieta bien fuerte. 
Voy acompañada en todo momento, incluso me permito un ''pique'' con Rocío a ver quién llega la última arriba... 
Se respira muy buen ambiente en el grupo. Como no, Ángel no para de hacer buenos comentarios. 
-''Anda Edu, que vaya compañera te has buscado. Tener que llevarle la mochila y todo... Te quejarás de gregario... siguiendo a una de tu edad...''
Volvemos a unirnos y encaramos las subidas, bastante duras. Tienen un porcentaje serio, y el calor es asfixiante...
Necesito comer. Al parar, Ángel me ofrece un gel. 
Ya es un poco tarde para comer, pero algo hará. Edu decide lanzarse un poco en una bajada, pero pronto volvería al grupo. 
Llegamos juntos  al segundo avituallamiento. Comemos, aprovechamos para rellenar los botes con agua fría. 
En el segundo avituallamiento
Preguntamos si ya ha pasado lo más duro. Parece ser que no. 
Volvemos a encontrarnos con Antonio, que arrancaría con nosotros. 
Dos kilómetros después de arrancar, mi rueda delantera empieza a perder aire por la válvula.  
Edu se para a apretarla un poco. No parece un pinchazo. 
No sabemos cómo, la válvula se aflojó. 
Después del susto seguimos. No tardamos en parar otra vez. 
Un calambre me recorre todo el brazo derecho. Al momento, también en el izquierdo. 
Gracias a la ayuda de un compañero de Solana, que es fisio, me aconseja como relajar los calambres. 
Llegamos a un tramo duro, bastante técnico para mí.
Cruzamos una rivera, en la que me tienen que llevar la bici para cruzar. El resto lo cruzo andando.  
Vuelvo a montarme en la bici. ¡Seguimos!
Los compañeros de Solana me van marcando la trazada a seguir en las subidas y bajadas. 
No deja de escucharse: -''¡¡Vamos poco a poco, campeona, que no hay prisa!!''. 
El apoyo del grupo es incondicional.
En una bajada casi no me responden los brazos, estoy a punto de caerme. 
Ya queda muy poco. (¡¡Menos mal!!)
De repente empiezo a sentir frío. Necesito parar. 
Edu me pasa su bote para echarme agua en los brazos y la nuca, y bebo de la mochila. 
Mis sensaciones son indescriptibles. 
Foto de la llegada
Ya en Solana, damos un rodeo para evitar más subidas. 
Por fin. Pancarta de meta. 
Todos me dicen lo mismo: ''¿Ves como terminabas?. ¿Ves como eres capaz de esto y más?''.....
Ya en el sorteo, creo que nos llevamos la mitad de la mesa. 
No dejaban de aparecer dorsales de los nuestros. 
La acera parece un puesto.. Tomás se acerca y pregunta : 
-''¿Vendéis algo? 
A lo que salto: 
-''A Eurooooo!! 
Aparecen carcajadas alrededor.
Fueron más de 50 kilómetros, cuatro horas y media bajo un solo de justicia. Toda una lección de superación. Muy contenta por el resultado.
No quisiera terminar esta crónica sin antes agradecer el enorme apoyo a los 'Aguilas Rojas', a Antonio, Angel, Edu, Manolo, Antonio Blanco, y como no, a Rocío y María, otras dos mujeres que son otro ejemplo de superación a seguir, Manu, a los Correcaminos de Solana, y a todos los que me apoyaron a lo largo de esos duros kilómetros. 
Este es el afán de superación de los espartanos de Agamenón...

Nos vemos en la próxima. 

Agamenón



2 comentarios:

  1. Esa Presi, todo un ejemplo a seguir!!! Eres toda una campeonaa!!!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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